miércoles, 11 de marzo de 2009

¿Conoces la situación de los inmigrantes?

Se acepta ya sin rubor en nuestro país la idea de que los inmigrantes poseen una única dimensión: la de ser “mano de obra” que se necesita en mayor o menor medida dependiendo de cuál sea la exigencia del mercado de trabajo. Se les considera exclusivamente como un factor más de la producción, como simple mercancía que se importa cuando el abastecimiento nacional es deficitario o se les cierra la aduana cuando el mercado está saturado. Por eso, tras unos años en que eran necesarios miles de ellos para cubrir los puestos de trabajo vacantes por su baja remuneración o por sus condiciones laborales, ahora, con la llegada de la crisis, ya no los necesitamos y se impone reducir drásticamente el número de los que llegan y persuadir o perseguir a los que viven aquí para que se vayan. Recientemente el ministro Rubalcaba se felicitaba porque “en 2008 se han repatriado más inmigrantes y a más países que en años anteriores” y “cada vez entran menos y cada vez salen más”.

A estos objetivos responden claramente las recientes medidas adoptadas por los Ministerios de Interior y de Trabajo: acoso policial al inmigrante basándose en sus rasgos físicos o color de su piel y llevado a cabo en los lugares más inesperados e insólitos, como paradas y estaciones de autobús, proximidades de colegios y servicios sociales de Ayuntamientos, e incluso en sus propios domicilios.

Los cupos en las comisarías, las cacerías de inmigrantes no son ya una anécdota; son el procedimiento habitual de una política migratoria que pretende sembrar el miedo y la inseguridad entre los inmigrantes para reducir, no importa a qué precio, su presencia en España.

Pero lo más grave de todo es que, con el más descarado cinismo, nos presentan las medidas adoptadas como el mejor proceder para la integración de los inmigrantes. Olvidan que la política migratoria no puede reducirse únicamente a una consideración utilitarista de las personas y se olvidan igualmente de reflexionar sobre las causas reales de las migraciones. El nivel de vida en los países de origen no se debe sólo a sus gobernantes. Han sido los países del Norte los que antes han empobrecido y siguen esquilmando a los del Sur. Por eso no es decente pensar que su pobreza nos es ajena.

Motril Acoge.

domingo, 1 de marzo de 2009

Manifiesto "Salvemos la hospitalidad"

Contra la criminalización de las personas que ayudan solidariamente a l@s inmigrantes.

MANIFIESTO PARA LA REFORMA DEL ART. 53 C) QUE SANCIONA A QUIENES AYUDEN SOLIDARIAMENTE A LAS PERSONAS EXTRANJERAS EN SITUACIÓN IRREGULAR.

“SALVEMOS LA HOSPITALIDAD”

“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados de razón y conciencia, tienen el deber de comportarse fraternalmente los unos con los otros” (art. 1 Declaración Universal de los Derechos Humanos).

Uno de los deberes presente en todas las culturas, y en algunas, señal de su identidad, es el de la “hospitalidad”. Este deber ético, traducido incluso en forma de sanción cuando su omisión provoca riesgos para la integridad física del otro, está gravemente amenazado en España si prospera la anunciada reforma de la legislación de extranjería.

A la tendencia criminalizadora de la inmigración ilegal (considerar a la persona que quiere sobrevivir desplazándose por el planeta como un peligroso delincuente), se une ahora la de aplicar un marco sancionador a las personas que de manera solidaria ejercen el deber de la hospitalidad, colocando su comportamiento altruista como forma proscrita de”promoción de la permanencia ilegal en España”. Ello pone en automática situación de ilicitud a miles de personas que acompañan, hospedan en sus casas y apoyan a personas sin papeles. De este modo, ONG, Congregaciones religiosas y ciudadanos, que vienen ejerciendo el deber de acogida y la solidaridad para con las personas inmigrantes en situación de irregularidad administrativa, verían perseguida su actuación. Más aún: la reforma pretende ampararse en el silencio cómplice de los ciudadanos ante estos atropellos contra la dignidad humana y los derechos fundamentales.

En concreto, el art. 53 c) del Anteproyecto de modificación de la Ley de Extranjería sanciona como falta muy grave con la multa de 501 a 30.000 euros “a quien promueva la permanencia irregular en España de un extranjero. Se considera que se promueve la permanencia irregular cuando el extranjero dependa económicamente del infractor y se prolongue la estancia autorizada más allá del plazo legalmente previsto”.

Con el pretexto de proteger a los extranjeros sin papeles frente al abuso y las mafias, se incrementa exponencialmente su vulnerabilidad y se les priva de toda suerte de apoyo social solidario. Esta reforma legal tiene una enorme trascendencia ético-política: crea una norma que convierte en ilegal un principio-valor tan estructuralmente necesario en un Estado como es la solidaridad.

El objetivo de esta norma es intimidar a los ciudadanos españoles o extranjeros con papeles para que nieguen toda forma de apoyo a la persona en situación irregular y ésta se quede sin ningún tipo de ayuda, es decir, en la calle, sin comida, ni vestido, ni dinero, para que mediante la presión de esta situación de precariedad absoluta, vuelva a su país. Se olvida que “toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio” (art. 13 Declaración Universal del Derechos Humanos) y que “en caso de persecución toda persona tiene derecho a buscar asilo y disfrutar de él, en cualquier país” (art. 14 DUDH). Ante esta situación, exponemos:

1.- Que hemos constatado, después de tantos años acogiendo y acompañando itinerarios vitales de personas en situación de extrema vulnerabilidad personal y social, el valor de la solidaridad y la convivencia en nuestros domicilios como forma concreta de expresión de corresponsabilidad humana y social con aquellos que no tienen los mínimos de supervivencia –casa, pan y trabajo-.

2.- Que una parte significativa de la responsabilidad de la miseria en que se hallan los pueblos de origen de quienes tiene que migrar a España está provocada por procesos históricos y políticas económicas y colonizadoras (y descolonizadoras) de los Estados del denominado Primer Mundo, que mantiene intereses en el sostenimiento de regímenes no transparentes ni democráticos en el Tercero (incluida, por cierto, la venta de armas y el tráfico de personas).

3.- Que el principio de solidaridad para con los más desheredados del mundo es un elemento ético de legitimación en una sociedad que se denomina democrática, que considera que los bienes de la tierra tienen un destino universal y que ni la propiedad ni las fronteras pueden tener un valor absoluto ante la miseria del prójimo y su derecho a sobrevivir.

4.- Que el Estado español pierde toda legitimidad ético-jurídica cuando legisla contra el contenido esencial de los Derechos Humanos, despoja de todo tipo de ayuda material a las personas en situación irregular y pretende intimidar con graves sanciones a quienes ejerzan la hospitalidad y el cuidado del otro.

Ante ello, con independencia de otras numerosas discrepancias, proponemos al Gobierno, en este punto concreto, como auténtico mínimo ético, que modifique el Anteproyecto en el sentido de incorporar al texto normativo la necesidad de “ánimo de lucro”en el infractor para que pueda ser sancionable.

PLATAFORMA “SALVEMOS LA HOSPITALIDAD”:

Julián Carlos Ríos Martín. Profesor de universidad. Madrid. José Luis Segovia Bernabé. Profesor de universidad. Salamanca. María Dolores Rodríguez Pelaez. Ciudadana. Miguel Santiago. Profesor de Instituto. Córdoba. Ramón Saez Valcárcel. Magistrado. Madrid . Daniel Izuzquiza. Sacerdote jesuita. Madrid. Pilar Sánchez Álvarez. Abogada. Madrid. Enrique Romá Romero. Veterinario. Alicante. Javier Baeza Atienza. Sacerdote. Madrid. Guillermo Toledo. Actor. Félix Pantoja García. Fiscal. Luis Guitarra. Cantautor. Madrid. Siro López. Artista. Madrid. Rafael Pascual Díez. Abogado. Madrid. Manuel Gallego Díaz. Profesor de Universidad. Madrid.



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Colectivo/Asociación, si procede:

Enviar firmas o correos electrónicos de adhesión a una de las dos direcciones:

Julián C. Ríos Martín
jrios@der.upcomillas.es
Universidad Comillas
C/Alberto Aguilera nº 23.
Madrid 28015

Manuel Gallego Díaz
mgallego@der.upcomillas.es
Universidad Comillas
C/ Alberto Aguilera, 23
Madrid 28015