Andalucía Acoge, APDHA, Federación SOS Racismo y Red Acoge critican el utilitarismo con el que este Gobierno trata a las personas
21 de Noviembre de 2012
Frente
a una política inicial que primaba el conocimiento de la lengua y la
integración de las personas inmigrantes en nuestra sociedad como vía
para la regularización de éstas; en los últimos meses hemos asistido a
la creciente dificultad para mantener la situación administrativa de las
personas inmigrantes con menos recursos; ahora, en una nueva vuelta de
tuerca se pretende facilitar la residencia legal a personas cuya única
relación con nuestro país sea su capacidad adquisitiva para comprar una
vivienda de más de 160.000€.
El simple hecho de
que se esté estudiando unilateralmente la posibilidad de conceder
permisos de residencia a personas que compren viviendas por un precio
mínimo, es una situación absolutamente discriminatoria.
Las
organizaciones firmantes lamentan profundamente los cambios
unilaterales en la política migratoria que se han llevado a cabo en los
últimos meses, basados en una concepción utilitarista de las personas y
que han ido dirigidos a identificar a las personas inmigrantes con los
causantes de la crisis, y exige una vez más a las autoridades
competentes a retomar el diálogo social y el respeto por los Derechos
Humanos y con los Tratados Internacionales suscritos por España, como
bases para la implantación de políticas públicas.
Entendemos
que la integración social de las personas inmigrantes se debe promover
a través de la integración y la construcción conjunta de un modelo de
sociedad intercultural y no sólo desde un punto de vista económico.
Ligar el concepto de ciudadanía a la capacidad económica y a la
propiedad es algo totalmente inaceptable, discriminatorio que genera
brechas sociales y que puede tener consecuencias negativas para la
correcta convivencia intercultural en nuestras ciudades, en la medida
que categoriza a las personas en función de su estatus económico,
exigiendo a unas personas trabajar, cotizar en nuestro país para
mantener su situación administrativa y a otras únicamente se les exige
la compra de un bien inmueble.
En este sentido,
cabe recordar que en la situación de crisis actual, muchas personas
inmigrantes que llevan viviendo en nuestros barrios, pueblos y ciudades
desde hace muchos años están siendo desahuciadas, que muchas están
perdiendo su estatus jurídico por incumplir los criterios previstos en
la legislación de extranjería, por lo que resulta una absoluta paradoja
que se apueste como medida para solucionar los problemas de nuestro país
la sustitución de estas personas, por otras que se hagan cargo de esas
viviendas.
Con esta medida, y con otras adoptadas
en los últimos meses, como la reforma sanitaria, queda suficientemente
claro que al Gobierno central no le interesa la convivencia
intercultural, el arraigo social o el sentimiento de pertenencia a
nuestro país, sino que la única cuestión que le interesa es la monetaria
y la visión utilitarista de las personas.
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